La temperatura ideal para servir el vino varía según su tipo. Los vinos tintos se suelen servir entre 15°C y 18°C, aunque los tintos ligeros o jóvenes pueden disfrutarse mejor a una temperatura ligeramente más baja, entre 12°C y 14°C. Los vinos blancos, dependiendo de su cuerpo, se sirven entre 8°C y 12°C; los blancos ligeros y frescos, como el Sauvignon Blanc, se aprecian a 8°C, mientras que los más robustos, como el Chardonnay, alcanzan su mejor expresión a unos 12°C. Los vinos rosados se disfrutan idealmente entre 10°C y 12°C, y los espumosos deben servirse bien fríos, entre 6°C y 8°C, para resaltar su frescura.

Las carnes rojas suelen maridar muy bien con vinos tintos, ya que su estructura y taninos equilibran las grasas y los sabores intensos de la carne. Algunos de los mejores vinos para acompañarlas son el Cabernet Sauvignon, con alto contenido de taninos y cuerpo robusto, ideal para cortes como filete o entrecot; el Malbec, con un perfil suave y afrutado, perfecto para carnes a la parrilla o estofados; el Merlot, menos tánico y con notas frutales, adecuado para carnes con menos grasa o platos con salsas suaves; y el Syrah/Shiraz, con un carácter fuerte y notas especiadas, ideal para carnes sazonadas o a la barbacoa.

Las "notas afrutadas" en un vino se refieren a los aromas y sabores que recuerdan a frutas. Estas notas pueden variar según el tipo de uva, el proceso de fermentación y la región de cultivo. En vinos blancos, las notas frutales suelen recordar a frutas cítricas, tropicales o de hueso, como manzana verde, melocotón o piña. En los vinos tintos, las notas afrutadas tienden a ser de frutas rojas o negras, como cereza, frambuesa, mora o ciruela. Estas notas son una parte importante del perfil de sabor del vino y se perciben tanto en el aroma como en el paladar, aportando complejidad y atractivo a la bebida.

Para identificar un buen vino en el supermercado, revisa la región de origen, ya que algunas áreas, como Burdeos, La Rioja o Napa Valley, son reconocidas por su calidad. Considera también el tipo de uva y el año de cosecha; variedades como Cabernet Sauvignon, Malbec y Chardonnay tienen características específicas, y en general, los vinos tintos mejoran con algunos años de maduración, mientras que muchos blancos se disfrutan jóvenes. Los premios o reconocimientos en la etiqueta también pueden ser indicativos de calidad. Aunque el precio no siempre refleja la calidad, un rango medio-alto suele ser una buena apuesta para encontrar vinos bien valorados.

Las regiones vinícolas más famosas del mundo incluyen Burdeos en Francia, conocida por sus tintos de Cabernet Sauvignon y Merlot; La Rioja en España, famosa por sus vinos de Tempranillo; y Toscana en Italia, hogar de los Chianti y Brunello di Montalcino producidos con Sangiovese. Napa Valley en Estados Unidos destaca por su Cabernet Sauvignon y Chardonnay, mientras que Mendoza en Argentina es célebre por sus Malbec. Otras regiones renombradas son el Valle del Ródano en Francia, con sus Syrah y Grenache, y el Valle de Maipo en Chile, reconocido por sus tintos de alta calidad. Cada una de estas regiones aporta características únicas a sus vinos gracias a su clima, suelo y tradición vinícola.